Al antiguo héroe el olvido le enmarañaba el torturado cuerpo.Yacía en un lóbrego laberinto, obligado por la oscura desesperanza a golpear su cabeza una y otra vez contra los muros.Con cada impacto, centauros juguetones vibraban entre los sesos de aquel hombre como un truco para evitar la clausura del alma.Su frente plagiaba el rocío de aquellos extraños lirios que le robaron la mirada camino al templo.Cayó desalentado enrojeciendo los paredones que lo habían martirizado.Ya en el suelo,y al cabo de unos minutos, un rayo blanco níveo de luz le abrió los cansados parpados. Al incorporarse anonadado, un fulgente hilo de plata bajo sus pies se alargaba centelleante.Entonces la esperanza le aleteó el pecho con fuerza y agradeciendo a los dioses una sonrisa se le encarnó en los labios.Caminando sin oír sus pasos escoltaba al resplandeciente filamento que generoso le señaló la salida.Queria correr por los olivos a beber su libertad...no sabía que detrás, en el laberinto,arropado por la tenebrosa opacidad ,dejaba su cuerpo inmóvil...Más tarde comprenderá que ya está muerto...
lunes, 5 de octubre de 2009
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