El pegaso de piel de nevosa gamuza casi desbocado levantaba trás su paso polvaredas de rosácea arena.En su espalda llevaba al altísimo caballero de la armadura de oro.Iba épico, entonando Calderonianos versos,bajo el abrigo de un generoso y tibio crepúsculo que le guiaba el camino ausente de súbditos y lanzas de plata!.La batalla terminó...el etéreo cuerpo se perdió ante la vista de todos los mortales,haciendo su entrada jubiloso ,en medio de cielos esmerilados que conforman una infinita cúpula teñida de zafiros.Una lección de amor le inundaba los ojos......
martes, 13 de octubre de 2009
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